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Así fue la “Bacanal” no consentida en la Estación de Chambacú

La orden del “Jefe Negro” se cumplió al pie de la letra.

El pasado 30 de agosto en la celda donde hay más de 110 contraventores hacinados en la Estación de Chambacú el ambiente estaba enrarecido, tanto que el miedo podía olerse. Raúl* notó como los demás detenidos se fueron apartando de él y de los otros 9 sindicados por delitos sexuales que tienen meses de estar ahí a la espera de la definición de su situación.  

“Algo va a pasar”, pensó. A eso de las 9 de la mañana después que alguien le entregó al Jefe Negro”, sindicado de pertenecer a una banda criminal, dos garrafones de ron y otras cositas (al parecer drogas y pepas) en una bolsa plástica, para que celebrara su cumpleaños. Hubo expresiones de alegría en unos 16 detenidos que se llevaron el licor y lo demás, a una celda contigua alejada de los barrotes. Allá se quedaron tomando trago y haciendo quien sabe qué cosas. Se escuchaban risas y aplausos, y después el silencio se apoderaba del entorno. Hasta que a las 11 de la mañana varios hombres semidesnudos y sudados salieron gritando obscenidades, dirigiéndose solo a los sindicados por delitos sexuales y con navajas o cuchillas de afeitar amenazándolos y advirtiendo: “Hoy las van a pagar todos los malparidos violadores”.

El silencio se apoderó de la celda y entonces el “Jefe Negro” dio la orden a sus secuaces, quienes comenzaron a hacer, según sus palabras, un juicio que consistió en torturas.

 “Mientras dos hombres tomaban a uno de nosotros, el otro le pegaba por el rostro diciéndonos gonorreas, escorias, hijos de puta, malnacidos, violadores, maricas. Después y por espacio de 4 horas más los secuaces del ‘Jefe Negro’ obligaron a los detenidos por delitos sexuales a hacerle felaciones, y después, uno a uno, fuimos violados por lo menos una vez contra nuestra voluntad. Tres de los del bando del ‘Jefe Negro’ nos amenazaban con punzones, navajas y cuchillas para que no gritáramos y mientras el resto de los compañeros de celda actuaban con normalidad. Nosotros perdimos el orgullo ese día, la condición de hombre fue violentada por unos tipos alcoholizados y drogados quien sabe con qué tipo de estupefacientes. El peor momento fue cuando a un detenido, de la tercera edad, que se negaba a practicarle sexo oral a otro hombre, le desgarraron el ano con un palo de escoba y lo dejaron ahí tirado en un charco de sangre y heces fecales. A eso de las cuatro de la tarde, uno del grupo de los accedidos carnalmente debía rendir indagatoria y por eso pararon, pero antes nos amenazaron a todos. Al detenido lo obligaron a colocarse un buso para esconder el rostro hinchado. Nadie podía decir nada porque le mataban a la familia. Está ha sido la peor experiencia de mi vida”, contó Raúl a Cartagena en Línea.

Desde entonces, no ha habido calma, porque los familiares de los detenidos se enteraron y fueron a ver qué pasaba. Dicen que los agentes de Policía les informaron que se había presentado un motín y varios detenidos se habían agarrado a golpes, pero hasta ahí.

Raúl contó a sus familiares que el “Jefe Negro”, quien casi no modula palabra, y sus secuaces fueron trasladados a otra celda en Chambacú, después de que el sindicado rindió indagatoria y denuncio la violación masiva y la Defensoría del Pueblo de Bolívar exigió respeto por los derechos humanos. “Entonces, después de la valoración médica que nos hicieron, también nos apartaron y por ahora estamos seguros, pero exigimos valoración por psiquiatría”, aseguró.

Lo que espera Raúl y los demás detenidos es que se haga justicia y los violadores, quienes están plenamente identificados, sean condenados. A uno de los detenidos le vaciaron una cuenta de nequi desde un celular que tenía. Le robaron $1,500.000.

Después de los hechos, a los detenidos les botaron colchonetas, abanicos, la ropa y útiles de aseo.

“La historia de Raúl”

El incidente que tiene a Raúl, actualmente de 31 años, detenido en la Estación de Chambacú desde hace dos años cuando fue detenido por supuesto acto sexual contra menor de 14 años.

La realidad es que ese día estaba ebrio y lo único que hizo, según sus familiares cercanos, fue cargar a una sobrina y le “tocó sus partes intimas sin querer”, pero como la niña gritó los vecinos casi lo linchan y por la presión los padres de la menor lo denunciaron. Desde entonces, está detenido en la Estación de Chambacú y ni siquiera ha sido juzgado.

Sus familiares, después del dictamen de Medicina Legal, donde se determina que fue un tocamiento superficial, no han sustentado la demanda, pero Raúl sigue preso. Los otros detenidos tienen sus historias.

Exigen pronunciamiento

Tanto el defensor del Pueblo de Bolívar, José Hilario Bossio, como el representante a la Cámara por el Partido Conservador, Fernando Niño Mendoza, han solicitado al comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena un pronunciamiento sobre los hechos. “No pueden vulnerarse los derechos humanos de los detenidos sin que haya sanciones ejemplarizantes”, dijo el Defensor del Pueblo, quien sostuvo que su despacho seguirá en la investigación del caso.

Por su parte, el representante a la Cámara Fernando Niño Mendoza, indicó que este es un tema de interés nacional, pues las estaciones de Policía no pueden albergar a detenidos por largo tiempo, pues la Policía no puede custodiar a los sindicados. “Con el fin de acabar con el hacinamiento y violación de los derechos humanos de los capturados y detenidos en estaciones de Policía, como la de Chambacú, en Cartagena, cité a debate de control político al ministro de Defensa, Iván Velázquez; al  director General de la Policía Nacional, Henry Sanabria y  al ministro del Interior, Alfonso Prada”, dijo.

Niño Mendoza  pide a la Procuraduría y a la Policía se investigue la denuncia que 10 detenidos radicaron en la Procuraduría por abusos, violaciones sexuales y tortura en la estación de Policía de Chambacú ocurridos a finales de agosto pasado.

Lo cierto es que ya se han iniciado acciones legales ante  la Fiscalía, oficina de Control Disciplinario Interno, Justicia Penal Militar, Procuraduría y jueces administrativos, para denunciar y defender los derechos, tanto de estas victimas como de sus familias. Al frente del caso están los abogados Didier y Edwin Pizza Gerena.

Habla Secretaria del Interior

“Cuando llegué a la Secretaría del Interior encontré una situación difícil de hacinamiento en las Estaciones de Policía, por lo cual procedimos a revisar la posibilidad de ampliar la infraestructura de las mismas. Sin embargo, la Policía nos pidió que se gestionara con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) los cupos para que se trasladaran detenidos. Efectivamente, el Inpec procedió a recibir a algunos, pero aún hay hacinamiento. Entonces, seguimos con la ampliación de la Estación de Policía de Bellavista y haremos lo mismo por sugerencia de la personera de Cartagena, Carmen de Caro, quien ha estado muy atenta a esta situación, en la Estación de Olaya Herrera. Así tendremos más celdas para los detenidos”, dijo Ana María González, secretaria del Interior.

Agregó que, además, hay muchos detenidos que vienen de poblaciones de Bolívar y por eso se ha pedido a la Policía exija a los alcaldes una solución.

Este medio intentó contactar a la Policía, a través de su jefe de comunicaciones, pero no fue posible.

 

Epilogo

Es difícil creer que estas historias ocurran en la Estación de Chambacú, cerca del Centro de Cartagena. Lo cierto es que los detenidos aplicaron La “Ley del Talión” que exige un castigo igual al crimen cometido. Es una ley vengativa que se aplica en las cárceles del mundo donde nadie sabe en realidad lo qué ocurre hasta llegar ahí.

 

Las autoridades deben averiguar hasta qué grado las agresiones que sufrieron los 10 detenidos de Chambacú  se realizaron con la conmiseración de los Policías y cuál ha sido su papel. Entretanto los familiares de los detenidos piden justicia, mientras superan el miedo por las amenazas recibidas.

Por lo pronto la historia de Raúl deja al descubierto situaciones increíbles de creer e interrogantes como: ¿Qué hacen unos privados de la libertad celebrando con licor y drogas dentro de una Estación de Policía? ¿Qué tanta libertad tienen mientras se encuentran detenidos?, ¿Será que siguen delinquiendo desde los sitios de reclusión?

*Raúl. Nombre cambiado por solicitud de la fuente.

*”Jefe Negro”. Nombre Cambiado.

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