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La doble vida del asesino silencioso: así cayó el presunto homicida del chef peruano en Cartagena

/. Por las calles del Alto Bosque aún flota la pregunta sin respuesta: ¿por qué tuvo que morir así?

Luis Dionisio Ruiz había llegado a Cartagena hace varios años para compartir su sazón, su acento limeño y su forma pausada de caminar. Cocinaba con el corazón y sonreía con los ojos. El domingo que lo mataron volvía a casa después de una jornada de trabajo. No buscaba problemas. Solo quería llegar.

Pero el destino, o alguien con un arma, lo interceptó.

Al medio día del pasado domingo cuando dos sujetos en moto lo abordaron en el barrio Alto Bosque. No era un atraco cualquiera: fue rápido, brutal, certero. Le dispararon a quemarropa. Luis no sobrevivió. Su cuerpo quedó tendido en la terraza de su casa. Su delantal blanco, esa prenda que representa oficio, pasión y alimento, no pudo protegerlo del plomo.

El rostro detrás del disparo

Cuatro días después, en un operativo sigiloso del Grupo de Operaciones Especiales de Seguridad (GOES), la Policía Metropolitana capturó en el sector La Puntilla del barrio Olaya Herrera a Jhon Eduardo Vergara Samudio, un joven de 18 años, callado, sin antecedentes, sin tatuajes ni cicatrices que lo delataran. Vestía bien. Caminaba solo. No parecía peligroso.

Pero los videos hablan.

En las imágenes que reposan en manos de las autoridades se le ve atracando, encañonando, disparando. En uno de ellos, con frialdad. En otro, huyendo con botín en mano. Su nombre empezó a circular entre los investigadores días antes de la captura, y el secretario del Interior y Convivencia Ciudadana de Cartagena, Bruno Hernández, había advertido: “La captura es inminente. No descansaremos hasta hacerlo”.

Y cumplió.

Un barrio en silencio

Tras la detención, La Puntilla amaneció en silencio. No hubo música, ni dominó en las esquinas. La noticia corrió rápido. En su calle dijeron que era reservado, que saludaba a las señoras, que no parecía metido en nada malo. Pero también sabían –aunque nadie lo decía en voz alta– que cuando salía del barrio, cambiaba. Que era “de los que se movían con gente pesada”.

Hoy está detenido y será presentado ante un juez de control de garantías. Le imputarán homicidio y porte ilegal de armas de fuego. El proceso apenas comienza.

El otro que falta

La historia, sin embargo, no termina allí. Las autoridades están tras la pista de alias “El Johan”, un hombre que se haría pasar por mototaxista para facilitar los fleteos. Todo indica que fue el conductor en el crimen del chef peruano y en otros robos similares ocurridos en los últimos meses. Se le ha visto en zonas como El Reposo, La Esperanza y San Fernando. Cambia de teléfono. Cambia de moto. Pero los investigadores ya están tras su sombra.

Un país que no olvida

El asesinato de Luis Dionisio Ruiz generó conmoción en Cartagena y en Perú. Un chef, un extranjero que aportaba con su trabajo a la ciudad, muerto de forma absurda. Su familia exige justicia. Su comunidad lo recuerda con dolor. Y la ciudad entera se pregunta cuántos más tendrán que caer para que el miedo deje de tener la última palabra.

Por ahora, la justicia ha dado un paso importante. Pero aún falta uno más. Uno que todavía huye entre las motos y las esquinas. Uno que, tarde o temprano, también caerá.

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