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Las melodías matinales del bombardino de Wilberto Garrido

La nota clara de un bombardino llama la atención de todos los que caminan y trotan por la Avenida Santander, entre 5 y 6 am de lunes a viernes.  Con una disciplina de militar, Wilberto Garrido, acude religiosamente a sus ensayos junto a su amigo y compañero de siempre, el bombardino, en las murallas frente a Las Tenazas.

No tiene reparos en contar su vida y que todas las mañanas se viene de su casa del barrio Los Caracoles a ensayar con su bombardino, pues es consiente que aunque ha tratado de dejar la música, no puede, pues solo tocando siente que está vivo. “Aquí en las murallas me relajo más y puedo ensayar tranquilamente sintiendo el golpe de la brisa y el olor a mar. Esta sensación es indescriptible”, dice.


Wilberto Garrido cuenta que trabajó durante 27 años con la Banda Departamental de Bolívar y actualmente participa en presentaciones con varias orquestas. Viene de una familia de músicos, destacando al inigualable Rufo Manuel Garrido Gamarra, su ilustre más ilustre pariente, reconocido saxofonista, compositor y arreglista colombiano, quien dirigió su propia orquesta y desarrolló su carrera en el ámbito de la cumbia y el porro.

Esta mañana Wilberto se robó los aplausos del grupo Los Caminantes, integrado por Efraín Yaber, Eduardo Salgado, Jaime Tapia, Jesús Gildardo Hincapié, Pío Mayo, Oswaldo Guerra, Adolfo Anillo, Pedro Ordosgoitia y quien escribe, cuando interpretó magistralmente 039 de Alejandro Durán.

 

“Escuchar esas melodías tranquilizan el alma y de verdad empieza uno el día contento y feliz”, dice Efraín Yaber. Para Eduardo Salgado y Jesús Gildardo Hincapié escuchar al maestro Garrido es un bálsamo para el alma.

Mientras Los Caminantes continuaban su recorrido, Garrido sonreía, mientras miraba el mar, y posaba su boca sobre la boquilla de su instrumento para soltar la contagiante melodía de “La Vaca Vieja”, y solo porque hoy es viernes.

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