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Noches en vela en Getsemaní: La batalla contra la falta de energía

Doña Luz, quien habita en la calle Lomba, junto a su esposo Juan, sus dos hijos, dos nueras y tres nietos, se encuentran inmersos en una vigilia forzada. La falta de energía ha trastornado sus vidas durante dos días consecutivos. La fatiga se apodera de ellos, y el malhumor se instala, aferrándose a cada uno.

Getsemaní, este histórico barrio, ha enfrentado una penosa travesía de 32 horas sin el preciado flujo eléctrico. La causa: un transformador averiado. A pesar de los constantes reportes y suplicas de reparación, Afinia, la empresa encargada, no ha podido arreglar el daño para remediar la situación y restaurar el servicio.

Los habitantes, tanto lugareños como visitantes, se ven forzados a pasar dos noches en vela, perdidos en las callejuelas adoquinadas. Los ecos del colegio quedan silenciados, ya que los niños y jóvenes se ven incapaces de conciliar el sueño.

La Junta de Acción Comunal (JAC) levanta una voz de alarma ante las graves consecuencias para los vendedores ambulantes de frituras, los artesanos de cócteles y los pequeños comerciantes de productos frescos. Todos ellos han sufrido las inclemencias del clima y la falta de refrigeración.

Los comerciantes y dueños de hoteles no pueden ocultar su preocupación ante las pérdidas económicas, cuya magnitud se vuelve imposible de calcular. Esta historia se remonta al sábado por la noche, cuando el servicio eléctrico se desvaneció. Un respiro llegó el domingo a las 4:30 p.m., con el ansiado restablecimiento. Sin embargo, la cruel ironía del destino se hizo presente, ya que ayer, a las 9 de la noche, el suministro eléctrico volvió a abandonarlos, sin que la tan necesaria reparación haya sido ejecutada hasta el momento. La lucha contra la oscuridad continúa en Getsemaní.

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