La Transversal 54, específicamente el separador frente a la antigua discoteca Wikan, padece un desolador desorden ambiental protagonizado por recicladores descontrolados.
A diario, estos trabajadores emplean el separador no como un depósito indiscriminado de desechos que transforma un espacio destinado a la naturaleza en un vergonzoso vertedero de basura.
La repetición constante de este patrón desalentador ha suscitado una legítima inquietud entre los residentes locales, quienes destacan la ausencia de autoridad como el factor que permite a los recicladores operar sin restricciones. En medio de esta preocupación, un vecino del área ha alzado la voz, instando a los consorcios de aseo a unir fuerzas con las fuerzas policiales. Su llamado busca poner fin a esta problemática, enfatizando que a pesar de la recogida diaria de basura, los recicladores persisten en llevar a cabo esta práctica perjudicial para el entorno.