Alessia Pifferi, de 36 años, dejó sola a su hija Diana, de apenas 18 meses, durante seis días en un apartamento de Milán (Italia) para reunirse con su pareja en la provincia de Bérgamo y la bebé falleció, informaron medios locales.
El miércoles de la semana pasada la madre abandonó en la cuna a la pequeña sin supervisión junto a un biberón de leche y un frasco con benzodiacepinas, un medicamento psicotrópico. La temperatura de la vivienda rondaba los 30 grados centígrados.
Cuando regresó de su viaje encontró a Diana sin vida. Según los investigadores murió de inanición y deshidratación. El fiscal ordenó que se llevaran a cabo pruebas toxicológicas del biberón porque existe la sospecha de que la leche podría haber sido mezclada con benzodiacepinas.
Pifferi fue detenida como presunta autora de un delito de homicidio doloso agravado con premeditación y motivos fútiles. “Sabía que podía pasar”, dijo la mujer cuando fue interrogada por la Policía. Asimismo, confesó que no era la primera vez que la dejaba sola.
Según las autoridades, hace siete días Alessia Pifferi lavó y cambió a la bebé y le dejó un biberón con leche junto a su cuna. Después iría a Leffe, en la zona de Bérgamo, para reunirse con su actual pareja, a quien le contó que su pequeña hija estaba en el mar con su hermana.
Esta última vez, que su ausencia se prolongó por seis días, Alessia Pifferi encontró a la pequeña Diana muerta, sin comida ni agua.
En ese momento pidió ayuda a una vecina llorando amargamente. Los investigadores encontraron, al lado del lecho de la bebé, una botella por la mitad de agua con un poderoso somnífero, de la cual Diana se serviría cuando tenía sed, para quedar profundamente dormida. De hecho, en el vecindario no se han escuchado llantos ni gritos.
Tampoco se han detectado en el cuerpecito de la menor, signos de violencia. Sin embargo, todos estos datos deberán ser confirmados por la autopsia.
La mujer, además de detenida y con cargos, se encuentra bajo estudios psiquiátricos, dado que su personalidad La convertirían en alguien capaz de cometer atrocidades para conseguir su propio bienestar. De hecho, ella misma declaró, ante el espanto de los investigadores, que la niña “era una carga a mi libertad”.