Con la cámara firme y el ojo atento, Efraín Pérez, fotógrafo documental de la ciudad, recorrió esta mañana las calles en busca de esos momentos que le dan vida y sentido a Cartagena. En la Plaza de la Proclamación, una escena capturó su atención: Jean Paul Correa, el ecologista apodado por todos como el “rey de las palomas”, estaba allí como cada día, extendiendo sus manos llenas de maíz y otras semillas. Alrededor de él, en un aleteo constante y pacífico, sus fieles amigas, las palomas, dibujaban una coreografía en el aire, haciendo de la plaza su propio teatro alado.
Efraín no dudó en levantar su cámara. Con cada clic, congelaba el ritual diario de Jean Paul, cuya figura ha cobrado un aura casi mística entre nativos y turistas. Para los habitantes de Cartagena, ver a Jean Paul en la plaza es tan natural como la brisa que atraviesa el centro histórico. Y para los turistas, su imagen es una postal viva de la ciudad: la mezcla inconfundible de naturaleza y humanidad en armonía.
En cada obturación, Efraín capturaba a Jean Paul en su esencia: calmado, sereno, rodeado de un séquito de plumas que parecen reconocerlo y entender que en sus manos hay refugio y sustento. Los niños y adultos que se acercaban miraban a ambos —al ecologista y al fotógrafo— como si de alguna forma estuvieran presenciando un acto de comunión. Era la imagen de un hombre cuya vida cotidiana se ha convertido en una especie de acto de amor hacia las criaturas más simples de la ciudad, un guardián que, en un lugar colmado de historia, agrega un capítulo contemporáneo de paz y respeto por la naturaleza.
Efraín terminó su serie de fotografías y bajó la cámara. Quizá había capturado, en esas imágenes, algo más que un hombre y sus palomas. Había captado el espíritu invisible de la plaza y el testimonio de que, en la ciudad de Cartagena, incluso las escenas más cotidianas pueden convertirse en verdaderos símbolos de amor, paciencia y conexión.
Efraín Pérez, actualmente hace parte del equipo de prensa del gobernador, Yamil Arana.