Un acto de violencia injustificable sacudió este martes a Cartagena. En horas de la mañana, un contratista de la Brigada Cívica de Distriseguridad fue captado agrediendo físicamente a una mujer habitante de calle en vía pública, generando indignación ciudadana y una contundente respuesta institucional.
Las imágenes del video que circuló por redes sociales hablan por sí solas. Un gesto violento, una reacción desproporcionada y, detrás, la vulnerabilidad de una mujer que no solo enfrenta las inclemencias de la calle, sino también la estigmatización y el abandono.
Ante la gravedad del hecho, el Distrito no titubeó: el contratista será desvinculado de forma inmediata, según lo anunció el director de Distriseguridad, Jaime Hernández Amín, quien calificó la agresión como inadmisible.
“Vamos a proceder inmediatamente a desvincularlo, sin excusa alguna. Esto no se puede hacer. No es la forma de manejarlo. Es de la Brigada Cívica y se comportó de forma inadecuada. Vamos a avanzar para que este tipo de circunstancias se manejen dentro de protocolos y de forma civilizada”, afirmó Hernández.
Una acción individual que no representa a la entidad
Distriseguridad dejó claro que se trata de un acto individual que no refleja el espíritu ni los principios institucionales de la Brigada Cívica.
“La actuación del contratista corresponde a un hecho personal que no representa los valores ni el compromiso de Distriseguridad con la ciudadanía. Por tal motivo, se ha determinado su separación inmediata de todas las actividades en calle y de interacción con la comunidad, mientras se revisa lo ocurrido y se adelantan las actuaciones correspondientes”, señala el comunicado oficial.
Apoyo a la víctima: atención integral desde el Distrito
Más allá de las medidas disciplinarias, el Distrito también anunció un acompañamiento integral a la mujer agredida, quien será vinculada al Programa de Atención al Habitante de Calle, a través de un esfuerzo interinstitucional liderado por la Oficina de la Mujer, con el respaldo de la Secretaría de Desarrollo Social y el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis).
Este programa contempla atención psicosocial, seguimiento médico, apoyo nutricional y acompañamiento para la construcción de un proyecto de vida digno y fuera de las calles.
Cero tolerancia a la violencia institucional
El caso ha reavivado el debate sobre los límites de la autoridad en el espacio público y el trato que reciben las personas en situación de calle. Frente a esto, Distriseguridad reiteró su compromiso con la defensa de los derechos humanos, la convivencia pacífica y el respeto por la dignidad de todos los ciudadanos, en especial de las poblaciones más vulnerables.
“Trabajamos por una ciudad segura, pero también humana. Y eso implica formar equipos con empatía, protocolos claros y acciones enmarcadas en la ley y el respeto. Lo ocurrido hoy no lo representa. Y no lo vamos a permitir”, concluyó Jaime Hernández.
El mensaje del Distrito es claro: la violencia no es ni será nunca un mecanismo legítimo de intervención social. Cartagena necesita orden, sí, pero uno que nazca del respeto, la formación y la empatía. La justicia empieza por reconocer la humanidad de todos, especialmente de quienes más la han perdido en el camino.