En un escenario político marcado por la repetición de discursos rancios, la polarización y la búsqueda de atención a través de la confrontación, Felipe Córdoba —cada vez más conocido como “Pipe”— está trazando un camino distinto. Lo está haciendo donde hoy se libran las verdaderas batallas electorales: en el terreno digital. Pero también lo está reforzando en el contacto directo con la ciudadanía, recorriendo el país con una narrativa que empieza a consolidarse.
Recientemente estuvo en Cartagena, donde no solo se reunió con líderes sociales y sectores productivos, sino que dejó claro que su estrategia combina el territorio con las redes, la propuesta con la escucha activa, la calle con el algoritmo.
Y los resultados empiezan a notarse. Según el más reciente informe del Algoritmo Presidencial 2026, elaborado por la firma especializada Toro Digital, Córdoba ya se ubica entre los tres presidenciables con mayor crecimiento en redes sociales, un indicador que hoy no solo mide popularidad, sino también proyección política.
Entre abril y mayo, estos fueron los cinco políticos con mayor incremento de seguidores:
1. Vicky Dávila – 34.000 nuevos seguidores
2. Miguel Uribe – 29.000
3. Felipe Córdoba – 28.000
4. María José Pizarro – 24.000
5. Paloma Valencia – 7.000
Este crecimiento, sin embargo, tiene un matiz que lo diferencia del resto: no ha estado impulsado por escándalos ni controversias virales. Córdoba está apostando por una narrativa basada en propuestas claras, en un lenguaje directo, y en una consigna que se está posicionando como eje de campaña: “Vamos a declararle la guerra al hambre”.
La mezcla entre comunicación digital eficaz y presencia territorial constante empieza a perfilarlo como un jugador serio en el camino a 2026. Frente a una ciudadanía cansada del ruido y la polarización, su propuesta parece estar conectando con quienes buscan una alternativa serena, pero decidida.
En un ecosistema donde las redes sociales ya no son solo plataformas de opinión, sino espacios de construcción de liderazgo, Pipe Córdoba está logrando lo que muchos intentan sin éxito: crecer sin gritar.