Por estos días, los nombres que emergieron del proceso interno del Pacto Histórico en Bolívar se repiten en los corrillos políticos, acompañados de interrogantes que incomodan. Algunos de esos nombres ya habían transitado por el terreno electoral; otros debutan en la arena pública, pero todos comparten un mismo signo de interrogación: ¿los votos que obtuvieron pertenecen realmente al progresismo, o son el resultado de la vieja maquinaria que, sigilosamente, logró infiltrarse en el proyecto que prometía ser distinto?
La consulta del Pacto en Bolívar, celebrada el pasado domingo y que reunió más de 142.000 votantes (9,16% de participación con el 99% de las mesas informadas), dejó varias lecturas posibles, pero una preocupación clara: la del reacomodo de fuerzas tradicionales dentro de un movimiento que, en teoría, nació para enfrentarlas.
El caso Amaury Julio Pérez: ¿un triunfo del progresismo o un préstamo de maquinaria?
El gran ganador fue el ingeniero y académico Amaury Julio Pérez, quien encabezará la lista a la Cámara por Bolívar tras alcanzar 25.122 votos, según el Boletín 032 de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Su perfil técnico y académico —Ingeniero Electricista, Magíster en Ciencias Políticas (Université Paris-Est Marne-la-Vallée) y en Desarrollo Social (Universidad del Norte)— parecía alinearse con el espíritu renovador del Pacto. Sin embargo, versiones políticas sugieren que habría contado con el apoyo del representante conservador Fernando Niño Mendoza, lo cual enciende una alarma legítima: ¿es este un apoyo coyuntural o una alianza que reconfigura la naturaleza del progresismo local?
Si esa hipótesis se confirma, la pregunta inevitable es si esos votos se mantendrán en la contienda de marzo, o si volverán a sus dueños originales cuando llegue la hora de las urnas legislativas. Porque si la maquinaria presta votos, también sabe cobrarlos.
La otra lista de respaldos
El segundo lugar fue para Yhony José Hernández Aguas, con 19.508 votos, quien, según fuentes políticas, habría recibido apoyo de los concejales Gloria Estrada y Carlos Barrios, así como de sectores cercanos a Pedro Alí, Gustavo Martínez y Gina Medina.
En tercer lugar, Colombia Esperanza Aduén Bray, exdiputada curtida en política, obtuvo 10.859 votos, respaldada por el diputado Said Adechine, quien también respaldó al senador Agmeth Scaff. De igual forma, se dice que el ex alcalde local Alexis Valerio apoyó a Martha Álvarez y al cantante palenquero Viviano Torres, quien está dentro de los seis primeros en la lista a la Cámara.
El progresismo, que nació con la promesa de representar a los sectores marginados de la política tradicional, parece estar compartiendo mesa con los mismos actores que antes combatía.
El espejo del progresismo
La pregunta, entonces, no es solo quién ganó la consulta, sino quién realmente votó.
Si las estructuras tradicionales —expertas en movilizar bases, coordinar apoyos y negociar respaldos— lograron permear la consulta, el Pacto enfrenta un desafío mayor que el de definir su lista: debe decidir si mantiene su identidad o si se diluye en la lógica de la política que juró transformar.
Las cifras pueden parecer alentadoras, pero los votos también tienen memoria. Y en marzo próximo, cuando la emoción de la consulta quede atrás, se sabrá si los apoyos obtenidos son fruto de una convicción ideológica o del viejo arte del préstamo electoral, en el que la maquinaria entrega hoy para reclamar mañana.
Por ahora, el progresismo en Bolívar celebra, pero también debería mirar al espejo. Porque, como enseña la historia política del Caribe, no hay peor infiltración que aquella que llega disfrazada de aliado.

