Luego de múltiples aplazamientos durante los últimos años, el alcalde mayor de Cartagena, Dumek Turbay Paz, dio inicio este miércoles al proceso legal que permitirá la demolición del edificio Aquarela, cuya estructura mantuvo en riesgo la declaratoria de Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad de la ciudad, por parte de la Unesco, debido a que dicha construcción interfiere con la visual del icónico Castillo San Felipe de Barajas.
Desde tempranas horas del día, tras la toma de posesión del predio donde se encuentra el Edificio Aquarela, por parte de la inspectora de Policía, Marina Villamil; la Secretaría de Infraestructura, Edurbe, y la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo del Desastre, entre otras dependencias del Distrito, dieron inicio al proceso de recuperación integral del área que venía siendo ocupada de manera irregular, y que ahora contará con un seguimiento permanente a través de la instalación de un Puesto de Mando Unificado (PMU), hasta que el proceso de demolición llegue a su fin.
Por su parte, la empresa Atila, que será la encargada del proceso de demolición del edificio Aquarela, dio inicio a las labores de inspección y estudios técnicos, que tendrán una duración de 15 días, con el fin de obtener los insumos necesarios para ponerle fin a la edificación.
El costo de las obras, de $11.000 millones, asumidos por la Alcaldía Mayor de Cartagena, está asociado a un método constructivo y sostenible que garantiza la gestión eficiente de los escombros y la seguridad de la obra y los trabajadores. Además, se preservará el paisaje y se minimizarán los impactos ambientales y en las propiedades circundantes.
Al respecto, el alcalde mayor de Cartagena, Dumek Turbay Paz, resaltó la importancia de este hito histórico para la ciudad.
“No demolemos un edificio, sino que protegemos el Patrimonio de nuestra ciudad. Ese es el mensaje principal. Y acá estamos respaldando esa gran declaratoria que es invaluable para la ciudad, que es importante para la generación de empleo y presentarnos ante el mundo como una ciudad Patrimonio. Y, además, hay un ingrediente que es el respaldo que hacemos a una instancia de la Alcaldía Mayor, como es la Inspección de Policía del sector, que llevó a cabo el proceso de restitución de espacio público. Este proceso está en firme”, destacó Turbay Paz.
El Alcalde Mayor de Cartagena añadió que, con relación a los costos, “decidimos no mendigar. No comenzar a buscar recursos para resolver un problema que nos causaría tantos perjuicios, y por eso hemos tomado los recursos del Gobierno de la ciudad y los hemos destinado como una gran prioridad para que este tema se resuelva por fin”.
No obstante, de acuerdo con Turbay Paz, “los costos generados en esta intervención, el Distrito los cobrará al desarrollador urbano de este proyecto, porque era su responsabilidad hacer el desmonte del edificio. No lo hizo, dilató, se negó a hacerlo. Nosotros tomamos la decisión y cobraremos”.
Por su parte, Luisa Trujillo, secretaria General del Ministerio de Cultura, expresó su respaldo a la decisión tomada por el alcalde Dumek Turbay en defensa del Patrimonio de Cartagena.
“El mensaje es que la Unesco nos tenía cuestionada la declaratoria de bien de la humanidad por la construcción del Edificio Aquarela. La Unesco está enterada de esta demolición. Lo ha tenido muy bien de recibo y este año se cumple el aniversario número 40 de la declaratoria. Así que es un hito para esta ciudad, un logro que apenas comienza. Cuente (Alcalde) con todo el acompañamiento del Ministerio para que se lleve a feliz término, y sigamos protegiendo nuestro Patrimonio”, concluyó Trujillo.
Hernán Valdivieso, gerente de la empresa Atila, con más de 30 años de experiencia en el sector, se refirió a cómo será el proceso de demolición del edificio Aquarela.
“Será una demolición tradicional, piso a piso, como corresponde en este caso, ante la cercanía del Castillo San Felipe y las viviendas de la zona. Durante los próximos 15 días se harán los estudios técnicos. Se han estimado seis meses para el desarrollo de los trabajos, que contarán con con grúas, equipos de demolición y repique, con transporte a sitio autorizado. Participarán cerca de 50 personas”, explicó Valdivieso.