Cartagena enfrenta una serie de desafíos preocupantes en cuanto a la calidad de vida de sus habitantes, según revela el Informe de Calidad de Vida (ICV) 2022 presentado por el programa privado Cartagena Cómo Vamos (CCV). Este informe, que recopila la evaluación de más de 200 indicadores objetivos, arroja luz sobre las persistentes dificultades que la ciudad experimenta en áreas críticas como la educación, la salud, el empleo y la seguridad.
A lo largo del informe, se destacan preocupantes realidades que impactan directamente en la vida de los cartageneros, planteando la necesidad urgente de acciones concretas para revertir esta situación.
Este informe para Cartagena, presentado en el Hotel Intercontinental, se construye anualmente con datos suministrados por fuentes oficiales como las secretarías y dependencias de la Alcaldía Mayor, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), así como otras entidades públicas y privadas de orden local, regional y nacional.
Eliana Salas Barón, directora de CCV, señaló que los cambios en la calidad de vida muestran una realidad que ya no está condicionada por la pandemia, pero en la que aún hay retos importantes a atender.
“Cartagena empieza a mostrar avances hacia la recuperación de niveles similares a los de 2019, lo que se traduce en ligeras mejoras en deporte, finanzas públicas y otras con mejoras significativas, donde destacan en mayor medida desarrollo económico y turismo. Sin embargo, en aquellas dimensiones que impactan directamente la calidad de vida y las prioridades ciudadanas, como la salud, la educación, el empleo y la seguridad, los resultados son críticos y ameritan atención inmediata”, dijo Salas.
Las 4 dimensiones que desmejoraron en 2022 están relacionadas directamente con el agenciamiento de la Administración Distrital y los activos de las personas, que son aquellas necesidades básicas de un territorio, desde las que se establecen rutas para reducir los índices relacionados con los niveles de pobreza. Estas fueron:
Educación:
Año a año, cerca del 4% de los niños, niñas y adolescentes interrumpen sus estudios sin haber terminado el grado para el que se matricularon. Específicamente, para 2022, fueron 7.096 estudiantes que desertaron del sistema educativo. La matrícula por su parte se ha mantenido prácticamente estática desde 2020, con en promedio 237 mil estudiantes; sin embargo, no ha logrado mejorar su eficiencia, manteniendo en 89,9% el porcentaje de estudiantes que cursan el grado que le corresponde por la edad, en los últimos cuatro años.
En materia de reprobación, 1 de cada 10 estudiantes matriculados en el sistema oficial, no alcanzó los requisitos para pasar al siguiente grado. Además, aumentan los niveles de repitencia, los estudiantes que reprobaron el año escolar y lo repitieron el año siguiente, pasaron del 7% en 2021, al 10% en 2022, es decir, 1 de cada 10.
Siguen siendo críticas las brechas entre la educación oficial y la privada: mientras que el 38% de las instituciones educativas (IE) privadas, se ubicaron en las categorías más altas de las Pruebas Saber 11 (A+ y A), sólo el 3% de las oficiales las alcanzaron. Si esto se compara con las 7 principales ciudades capitales, Cartagena junto a Santa Marta, tiene el mayor porcentaje de IEO en la categoría D (66%). La baja calidad educativa se extiende a la educación superior, al comparar los resultados de las universidades cartageneras en las Pruebas Saber Pro, con las principales capitales de Colombia, la ciudad obtuvo el promedio más bajo con 139,1 puntos de 300 posibles.
Empleo:
Las brechas en mercado laboral afectan particularmente a las mujeres y jóvenes cartageneros. En 2022, el desempleo en mujeres fue 2,6 veces mayor al de los hombres. Este resultado en 2019 era de 1,7 veces. Para los jóvenes, la brecha entre la oferta y la demanda de trabajo fue de 10,2%, mientras que en la ciudad era 7,3%.
Cartagena fue la única ciudad, entre las principales capitales donde la fuerza de trabajo se redujo entre 2021 y 2022, disminuyendo un 3,7%. En ese mismo panorama nacional, el desafío por generar empleo de calidad en el territorio sigue latente, sólo el 37% del total de ocupados en La Heroica eran asalariados, mientras que los trabajadores por cuenta propia representaron el 57% del total.
Pese a que la informalidad se redujo 2,2 puntos porcentuales, continuó siendo la más alta entre las principales capitales de Colombia con 59,9%, esto se traduce en que 6 de cada 10 cartageneros desempeñaron labores informales.
Salud:
Cartagena sigue sin mostrar avances en la lucha contra la mortalidad infantil, de los 223 casos que se registraron en menores de 5 años, 202 se dieron en niños y niñas menores de un año, siendo este el rango de edad más crítico. En mortalidad materna, aun cuando se redujo a 10 casos, al menos la mitad de estos eran evitables con atención oportuna y se mantiene alta la tasa por cada 100 mil nacidos vivos (58,5).
La mortalidad por desnutrición en menores de 5 años nuevamente aumentó. Luego de no registrar muertes en 2020, y presentar un caso en 2021, en 2022, llegaron a ser 3 muertes. Otro indicador que también mostró repunte, fueron los casos de VIH, llegando a ser 24% más que en 2021.
Uno de los eslabones más fuertes en los círculos de pobreza en Cartagena, es el embarazo adolescente, que representó en 2022, el 15,5% del total de partos, que se traduce en que 1 de cada 5, se dio en una madre entre los 10 y 19 años.
Es critica la situación de salud mental en Cartagena, aumentaron los suicidios. se presentaron 41 casos, un aumento del 58% respecto al 2021, retornando a cifras de prepandemia. Esta situación que se agrava con el aumento del 28% en los intentos, llegando a ser 547 casos en 2022. Se evidencia la presencia de desafíos psicológicos en la población, y la necesidad de implementar políticas públicas enfocadas en la atención de la salud mental.
La inseguridad trascendió a una problemática de salud pública, al ser los homicidios la tercera causa de mortalidad general en Cartagena.
Seguridad:
La ciudad, en 2022, vivió en promedio un homicidio por día. Fueron 369 casos los que se registraron, representando un aumento del 51% con respecto al 2021. Estos hechos ubicaron a La Heroica como la cuarta ciudad entre las 23 principales ciudades capitales con la tasa de homicidios más alta (35 casos por cada 100 mil habitantes), luego de Santa Marta, Cali y Quibdó.
Cartagena no está siendo una ciudad segura para las niñas y mujeres. Las denuncias de presuntos delitos sexuales aumentaron un 39% con respecto a 2021. En el 88% de los 606 casos denunciados, la víctima fue una mujer y el 77% eran menores de edad.
La situación de los hurtos enciende otra alarma sobre la seguridad ciudadana. En 2022, 8 de cada 10 hurtos en la ciudad fueron a personas, aumentando un 24% en relación al 2021. La tendencia continua en 2023, en los primeros 6 meses del año se han denunciado 4.091 casos, un 50% más que en el mismo periodo del 2022.
Durante el 2022, se agravaron todas las problemáticas que miden el nivel de seguridad ciudadana. Altos niveles de violencia en la ciudad, sumado a la baja confianza institucional, lleva al aumento de la justicia por cuenta propia, lo que perpetua la retaliación y genera una espiral de violencia en la comunidad, lo que puede explicar el aumento del 72% en los casos de violencia interpersonal en solo un año.
Ante estos resultados, es necesario que los tomadores de decisión en la ciudad articulen esfuerzos para implementar políticas y acciones de mayor eficacia que busquen alcanzar avances sustanciales en las prioridades ciudadanas. El progreso de estas dimensiones tiene un impacto directo en la reducción de los círculos de la pobreza en la ciudad.
Para orientar la conversación de estos resultados de cara a las elecciones territoriales, se realizó el panel ‘Retos de ciudad para el nuevo Plan de Desarrollo’, en el que expertos nacionales, locales y regionales conversaron en torno a las prioridades y desafíos que se desprenden de los datos para Cartagena, y cómo estos pueden incluirse en próximo Plan de Desarrollo.
El espacio contó con la participación del director de estrategia regional del Departamento Nacional de Planeación, Hugo Guerra; el investigador del Banco de la República, Jhorland Ayala; la directora de Cartagena Cómo Vamos, Eliana Salas Barón, y la moderación de la directora de El Tiempo en el Caribe, Leidys Rivero.
“Creemos que con esta conversación hemos dado insumos importantes a los más de 250 asistentes que nos acompañaron en el espacio para incluir temas prioritarios en la nueva hoja de ruta que marcará el avance de la ciudad en los próximos 4 años y para promover su participación activa en la formulación” resaltó Eliana Salas.
El evento contó con la intervención de la directora general del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), B. Piedad Urdinola, quien enfatizó en los resultados del Índice de Capacidad Estadística Territorial de Cartagena, que evidencian las limitaciones y desafíos del acceso a la información pública en la ciudad, los que, año a año, Cartagena Cómo Vamos contribuye a minimizar como el Informe de Calidad de Vida.