Gracias a un despliegue meticuloso de la Policía Metropolitana fueron recuperadas siete motocicletas y tres vehículos en los ultimos dias en Cartagena.
El barrio Olaya Herrera, epicentro de la operación, guardaba secretos que la policía estaba decidida a desentrañar. Un vehículo blanco, un Nissan de placa BEI-379, yacía abandonado en un lote baldío, silencioso testigo de un hurto ocurrido el pasado junio. Las patrullas, implacables detectives, confirmaron su siniestra historia.
No muy lejos, en el oscuro confín del Barrio El Pozón, el aullido de dos motocicletas marca Bajaj, desafiaba el silencio de la noche. Una placa QLA-37E condenaba a la primera, un eco del temor de septiembre, mientras que la segunda, una LVQ-36E, susurraba el dolor de un julio robado.
El Barrio Altos de San Isidro se convirtió en el refugio momentáneo de un Renault Sandero, su placa, UGL-683, un mudo grito de auxilio. La base de datos policial confirmó su cautiverio y un pasado manchado por el hurto.
La historia no cesaba en el Barrio San Fernando. Allí, en el sector La Charca, un vehículo, placa KKB-475, yacía olvidado en la vía pública. Un robo de diciembre pasado pesaba sobre sus ruedas, una maldición que la justicia no dejaría escapar.
La carrera 60, del Barrio 13 de Junio, se tiñó de incertidumbre. Un individuo de 38 años, montando una moto N-MAX, se convirtió en protagonista. Su intento de alterar la identidad del vehículo no pasó desapercibido para la ley.
La ruta 90, Vía al Mar, no fue la excepción. Una moto negra, placa RMO-47E, enfrentó su destino en manos de la seccional de Tránsito y Transporte. Inconsistencias en su identificación la condenaron.
En el Barrio Olaya Herrera, el sector Ricaurte, el CAI Arrocera resucitó una Bajaj Boxer, azul y desafiante, placa MCC-48D. La Fiscalía 40 local de Cartagena había esperado demasiado por su regreso.
Los detenidos y las máquinas recuperadas aguardan su destino en manos de la justicia. El contador de victorias suma 161 motocicletas y 53 vehículos, una hazaña en la lucha contra el crimen.
El comandante, Coronel Wharlinton Gualdrón Gualdrón, hace un llamado a la comunidad. Cada llamada, cada pista, cada gesto de colaboración, lleva a un Cartagena más seguro. La Línea del Oyente Cooperante de la Emisora Radio Policía Nacional (311-4072363) espera, aguardando ser el eco de la valentía de la ciudadanía. La cacería ha comenzado, y Cartagena resurge.
