Deportes

Durvey Osorio, el “campeón” de la calle

5 Minutos de lectura

La mala situación y el hambre han sido rivales eternos de Durvey Osorio, un boxeador cartagenero de poca recordación que ahora libra una batalla contra el frío y los peligros de la noche porque vive en la calle.

A sus 50 años se mantiene en forma porque dice que nunca ha consumido droga alguna y porque se la pasa caminando por el sector turístico de Bocagrande, Castillogrande, El Laguito, El Centro y llega a Bazurto donde vende el plástico, el cartón y demás elementos que recicla, dice riendo, en los barrios de los ricos. Sigue buscando una oportunidad porque quiere pasar sus últimos días de una mejor manera, dormir bajo un techo y, sobretodo, seguro. Por eso dice que ora y pide a Dios le mande un trabajo para no molestar a nadie.

 

***

Una noche lluviosa de abril pasado Durvey venía de Bocagrande cansado de tanto caminar y se detuvo en una esquina del parque Centenario frente a una esquina donde acumulan la basura en varias cajas de cartón. Puso una bolsa grande llena de latas de cerveza y botellas plásticas a un lado, mientras hurgaba entre los desechos buscando algo útil. Mi hermano Abraham David y yo estábamos frente al reciclador que tenía una gorra oscura con la visera para atrás, un suéter a rayas marrones y un jean no tan sucio. Observamos con discreción cuando con el sigilo de un gato se le acercó un muchacho moreno con ropa sucia y mirada perdida, lo saludó con la mano y seguidamente agarró la bolsa con el “tesoro”, latas de cerveza y botellas de plástico, que Durvey había hallado recientemente en la basura de los ricos. El ex boxeador sacó la cara de una caja grande donde rescataba botellas de plástico y con un rápido movimiento de cintura se le paró a su “colega” para advertirle que dejara la bolsa quieta.

-.  “Hey compa, esa bolsa es mía”.

Al hombre moreno se le transformó la cara cuando pudo distinguir a Durvey y salió despavorido de la esquina del emblemático parque con rumbo a la Torre del Reloj.

“Pilla que ese man tuvo un altercado conmigo hace dos días porque estaba embalado y se le dio por tirarme con un cuchillo, pero yo le hice un swing, lo esquivé y le metí un derechazo en la mandíbula que lo mandó directo al suelo. Casi hasta voy preso, pero los policías me soltaron porque unos testigos les dijeron que el tipo me había buscado la pelea.

Durvey sigue contándonos que su vida ha sido de película, mientras escarba en dos cajas nuevas llenas de latas de cerveza que un joven dejó a un lado de la caneca de basuras. Levanta la mirada de vez en cuando para advertir nuestra presencia. Cuando ve las latas, se alegra y comienza a apacharrarlas con el pie y las va metiendo en un costal que tiene amarrado a su cintura.

 “Se me compuso el día”, dijo mientras reía y ponía cara de felicidad. En ese momento comenzó a contarnos más episodios de la novela de su vida, mientras nosotros expectantes compramos dos cervezas Heineken a un vendedor callejero que hizo “sombra” y nos confesó que ya se había ganado $20 mil, de los cuales cinco mil gastaría en una porción de cocaína en forma de ave, en su jerga: perico.

“Fíjate, ese man es un bacán. El se mete su vaina, y está bien. Que cada quien haga lo que quiera, pero que no se metan conmigo”.

Abraham David, mi hermano, hace de periodista y le pregunta si está comprometido, si tiene hijos. A Durvey los ojos se le llenan de lágrimas y, sin preámbulos, suelta la madeja de su vida.

 

***

“Durvey Osorio nació en Cartagena un 29 de mayo de 1972 en el barrio Ternera practiqué boxeo durante 17 años, representé a Bolívar, fui campeón juvenil. De ahí en adelante salté con 14 años, al aficionado y fui profesional a los 17 años. Hoy en día estoy reciclando. Duermo en cualquier parte. Si gano más de 30 mil y me alcanza para pagar un cuarto, lo pago. Eso sí, me baño, me aseo y trato de superarme siempre. Espero poder conseguir un trabajo como albañil o en lo que sea.  Sé repellar como los cachacos, tirándole agua a la pared porque si no la mezcla de cemento se me cae, no pega. A los ingenieros, arquitectos y maestros de obra de acá no les gusta y siempre me echan. Ahora reciclo y gloria a Dios sacó mi comida. Necesito un trabajo con urgencia y espero que ahora que pase la pandemia todo cambie.

Como no tengo casa duermo en la zona de Chambacú por las caballerizas de los cocheros, cerca al Mall Plaza. Me levanto temprano, me pegó un baño, me cepillo la boca y despego de una para el mercado para buscar trabajo como cotero, arriando bultos para ganarme el desayuno, que es la comida más importante del día.

 

La mejor pelea que hice con Ilido Julio, ex campeón del mundo de las 115 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), peleamos en Ringside y hasta la pasaron por televisión. Me ganó por decisión dividida. El cordobés Ilido Julio se montó en la báscula 20 minutos antes de pelear y pesó 147 libras y yo pesé 122 libras. Me ganó por decisión dividida”.

Mi hermano, después de tres Heineken, mientras esperábamos que maquillaran a mi esposa Hilda para ir al cumpleaños de nuestro amado primo Camilo Carmona Tom, le pregunta de nuevo a Durvey por su familia y sus hijos.

 

“Ya te respondo, pero sin cámara. Tengo una hermana que vive en San Fernando, otro que es taxista y dos hermosas hijas caleñas, Maria del Pilar Osorio Vargas y Yurisa Osorio Vargas, pero no molesto a nadie. Hace años las fui a visitar y solo hablé con la mayor, que ya está casada. Le di un regalito con lo que me había ganado en la última pelea y me vine otra vez. Ella estaba hermosa, radiante, pero no gustan de mí porque en las épocas de gloria la embarré con su mamá y entonces me alejé, lo que no debí hacer. Me gustaría devolver el tiempo y empezar de nuevo para ser campeón mundial y tener otra vida…”

 

 

***

Durvey Osorio si fue boxeador. Durante su carrera deportiva profesional hizo 21 peleas, de las cuales perdió 18, de las que fue noqueado 7 veces, tuvo dos empates y una sola victoria por KO.  En www.boxrec.com aparece su récord de 1988 al 2004.

 

Los cronistas deportivos, Eugenio Baena Calvo y Fredy Jinete Daza recuerdan levemente a Durvey Osorio y rescatan sus ganas de ganar siempre y sus deseos de salir adelante.

***

Paso y paso por la esquina del parque Centenario y busco a Durvey, pero no lo he vuelto a ver. Abraham, mi hermano, me dijo que había soñado con él haciendo sombra en la esquina de un ring, mientras Fredy Jinete con su vozarrón mencionaba su nombre y la gente aplaudía a rabiar porque se había coronado campeón.

Noticias relacionadas
CartagenaDeportes

El Mundialito de Fútbol Cartagena de Indias, un espacio que impulsa el turismo deportivo en La Heroica

2 Minutos de lectura
_Con el campeonato, se mueve también el turismo en la ciudad, con un impacto en la economía superior a los 2.500 millones…
Deportes

Alcalde Dumek Turbay recibió en su despacho a los jóvenes del Club Deportivo de Béisbol Cararín

1 Minutos de lectura
_En la visita, el capitán del equipo le entregó al alcalde, Dumek Turbay Paz, uno de los anillos que los hace campeones._…
Deportes

Comenzó la acción: inició el X Mundialito de Fútbol Cartagena de Indias

2 Minutos de lectura
_Más de veinte equipos en acción disputarán el tradicional evento, cuya final será el sábado 14 de diciembre._ Rodó el balón, y…
Suscribete y entérate al instante de las noticias más recientes