-. Más de 140 personas participan en esta iniciativa que impulsa la pesca artesanal sostenible en Cartagena y otras zonas de Bolívar.
-. En el marco del programa Comunidades Más Productivas, el proyecto ‘Pescando Progreso’ fortalece 8 organizaciones pesqueras en Caño del Oro, Puerto Badel, Lomas de Matunilla, Arjona y María la Baja, con enfoque en piscicultura, asociatividad y comercialización responsable, a través de acompañamiento técnico, administrativo y productivo.
-. En Caño del Oro, de cara a la preparación de la Semana Santa, 143 beneficiarios celebraron la primera cosecha de tilapia producida en su sistema piscícola fortalecido con el apoyo de las empresas.
La comunidad de Caño del Oro, en la zona insular de Cartagena, celebró con orgullo la primera cosecha de tilapia roja producida en sistemas piscícolas comunitarios, como resultado del proyecto Pescando Progreso, una apuesta por el fortalecimiento de la pesca artesanal sostenible liderada por Surtigas, su Fundación Promigas y la Fundación Planeta Rural.
El proyecto busca transformar los medios de vida de las comunidades pesqueras a través de formación técnica, acompañamiento continuo y estrategias de comercialización que permitan generar ingresos de forma sostenible. En Caño del Oro, 143 personas hacen parte del proceso, organizadas en dos asociaciones que reciben formación empresarial, apoyo técnico y asesoría en encadenamientos productivos.
“Desde Surtigas entendemos que dejamos Huella Social en los territorios cuando impulsamos las capacidades de su gente. Pescando Progreso es un ejemplo de cómo el trabajo colaborativo y la apuesta por la sostenibilidad transforman las comunidades desde su vocación”, expresó Santiago Mejía, gerente general de Surtigas.
Además de Caño del Oro, Pescando Progreso se implementa en otros municipios del departamento de Bolívar, como Puerto Badel, Lomas de Matunilla, Arjona y María la Baja, donde se acompaña a las comunidades en procesos de fortalecimiento productivo, promoviendo un modelo de pesca responsable con el medio ambiente.
Uno de los elementos distintivos del proyecto es la participación activa de jóvenes rurales como enlaces comunitarios, quienes desempeñan un rol clave en la apropiación local del conocimiento y la sostenibilidad de las prácticas piscícolas, más allá del acompañamiento técnico.
“Desde la Fundación Promigas trabajamos por dejar una Huella Social que impulse una pesca más sostenible, organizada y con acceso a mercados. A través de nuestro programa Comunidades Más Productivas, hemos impactado a más de 5.970 personas en 86 municipios durante 2024, fortaleciendo modelos productivos en sectores como agricultura, pesca, confección y artesanías”, destacó Marcela Dávila, directora ejecutiva de la Fundación Promigas.
La iniciativa proyecta la conformación de una red regional de más de 200 productores, articulada bajo un esquema de producción alternada y sostenible, que garantice calidad, continuidad y trazabilidad en la oferta pesquera.
Para los pescadores, esta experiencia no solo representa un logro productivo, sino también un avance en su calidad de vida.
“La piscicultura es una aliada de la vida diaria. Se necesita compromiso y pasión para alcanzar tus objetivos y recoger con éxito una cosecha como esta”, compartió Óscar De la Rosa, pescador de Caño del Oro y participante del proyecto.
Pescando Progreso se consolida así como un modelo ejemplar de innovación social, que aprovecha el conocimiento local, promueve la seguridad alimentaria y fortalece el tejido comunitario desde la raíz.