Foto del supuesto atracador que circula en redes sociales.
En las bulliciosas calles de Cartagena, el siniestro mito de “El Casco” se afianza. Su sombra despiadada, oculta tras una gorra y tapabocas, sigue perpetuándose en inquietantes videos que circulan por las redes sociales. Oscar David de Alba, conocido como ‘El Casco’, quien puede verse como un hombre de familia en las plataformas digitales, ha mutado en un peligroso criminal que siembra el terror en cada rincón de la ciudad, pues roba en cualquier barrio.
Sus fechorías, desde audaces atracos en plena luz del día en la avenida Pedro de Heredia hasta episodios violentos en un restaurante de Santa Mónica y un taller de mecánica en San Fernando, demuestran una escalada en su peligrosidad. Armado con un revolver plateado de calibre 38 y cañón largo, ‘El Casco’ y su astuto cómplice burlan a las autoridades, sumando un manto de misterio a su leyenda criminal.
El pasado de ‘El Casco’ en el barrio Amberes, donde creció, revela a un niño taciturno, con una mirada esquiva, alejado de sus compañeros de clase. Su infancia común evolucionó hacia una adolescencia marcada por el consumo de estupefacientes, una senda que, según testimonios, disipó sus temores y lo condujo hacia el oscuro abismo de la delincuencia.
A pesar de haber sido capturado en muchas ocasiones y estar sindicado por un homicidio en 2017, ‘ El Casco’ persiste en su elusiva danza con la justicia. La hermana de una de sus víctimas lamenta su impunidad en las redes sociales, mientras un ex compañero de estudios le ruega que se entregue. Ya sabe que lo han descubierto porque hace dos días cerró su perfil de facebook y abrió otro con sus fotos encomendándose a Dios y mostrando la faceta de cristiano.
Entre murmullos de rezos y la habilidad de esquivar la ley, Oscar Luis de Alba, alias ‘ El Casco’, sigue desafiante, un ominoso espectro que acecha las calles de Cartagena, sumiendo a la ciudad en un estado de inseguridad constante, mientras las autoridades luchan por cerrar el capítulo oscuro que él representa.