Hay quienes cocinan por oficio, otros por fama. Pero hay quienes, como José Cota Yodera, un isleño de 33 años, lo hacen por amor. Un amor terco y generoso que nace desde la infancia, en los patios de tierra y las cocinas humeantes de la isla de Barú y Pasacaballos, donde las matronas guisan con el alma y el fogón arde con memoria ancestral.
José no recuerda cuándo fue la primera vez que cocinó, pero sí que era pequeño, el menor de su casa, y que se quedaba solo mientras su madre, Dany Yodera, —una mujer de manos firmes y espíritu social que trabajaba en Cardique— salía a cumplir con su jornada. En esas soledades de olla y cuchara, comenzó a inventarse sus propios mundos: “Yo me ponía a preparar lo que encontraba, sin saber que estaba comenzando a andar el camino de mi vida”, dice.
La cocina como destino
Fue en el colegio cuando entendió que esa afición era más que una distracción. “Me preguntaban qué quería estudiar, y yo no sabía. Estaba en décimo, jodido, sin norte. Pero lo único que me gustaba era cocinar”, recuerda. Así que tomó una decisión que cambiaría su destino: con el respaldo de sus padres se fue a Bogotá a estudiar en la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, donde perfeccionó su técnica y descubrió algo que ya llevaba dentro: un instinto infalible para los sabores del mar.
“Cuando tocaban platos con mariscos, me salían mejor que a los demás. Yo no sabía que tenía ese sabor metido en la sangre, que venía de ser nativo de isla, de haber comido toda mi vida pescado fresco, cangrejo, camarón, arroz de coco, sopas de jaiba”, relata. Aquella ignorancia, que luego se volvió conciencia, fue su revelación.
Mariscos y memoria
Tras su regreso a Cartagena, trabajó en varias cocinas, siempre vinculado a los sabores del Caribe. Durante la pandemia lanzó su emprendimiento: una cocina oculta donde preparaba bandejas con mojarra, caracol, arroz con mariscos y otros manjares nacidos del alma barulera. Fue el primer asomo de lo que sería su sueño mayor: Mar de Piero, el restaurante que fundó junto a su padre y la esposa de este, quien se encargó de todo el diseño mientras él asumía el alma del lugar: la cocina.
“Mar de Piero es un homenaje a mi historia, a mis ancestros. Aquí se siente el sabor de Barú, el de las cocinas de Santana donde mi abuela Elvira cocinaba con leña. Ese arroz blanco con atún barato, con limón y humo… ¡una locura que no he vuelto a probar en 25 años!”, cuenta con brillo en los ojos.
El chef del barrio, el embajador de la tierra
José no se queda en los fogones. Su vocación de servicio lo impulsa a compartir lo que tiene con quienes más lo necesitan. Inspirado por sus padres —su madre con una fundación que trabaja con habitantes de calle, y su padre con un largo trasegar social— ha llevado comida a comunidades vulnerables en Cartagena, sin cámaras, sin farándula, solo con el corazón.
“Cuando hubo un incendio en Pasacaballos, preparamos un arroz mixto y lo llevamos allá. Era nuestra forma de acompañar desde lo que sabemos hacer: cocinar”, dice. Para él, la gastronomía no es un lujo, es un puente: una manera de dar, de sanar, de recordar y de soñar.
Una cocina con destino internacional
Hoy, Mar de Piero cumple casi cinco años de historia. Ya es reconocido en Cartagena, pero José sueña más lejos. “Quiero que el mundo pruebe nuestros sabores. No porque yo sea el mejor cocinero —aunque cocino muy bueno, te lo digo—, sino porque hay una historia y una cultura que merecen ser contadas a través del paladar”, afirma. Y lo dice en serio. Se siente un embajador de la cocina de su tierra, alguien que no solo prepara platos sino que los narra con cada bocado.
Y lo hace con humildad, reconociendo que las mejores cocineras siguen siendo las de su familia. “Mis tías, mi abuela, las señoras de los pueblos cocinan mil veces mejor que yo. Yo solo intento alcanzar esa grandeza con respeto y gratitud”.
Así es José Cota Yodera: hijo del mar, nieto del fogón, soñador con cuchara en mano. Un chef que no cocina para alimentar, sino para contar su historia. Y que quiere que, algún día, Cartagena sepa que uno de los suyos lleva su sazón a lo más alto, sin perder el sabor de su gente ni el alma de su origen.
Mar de Piero:
📍 Av. Crisanto Luque, Cll. 22 N.º 44B, Cartagena, Bolívar
📞 Reservas: (309) 552 4521 | (609) 666 9025