Lo que debía ser un Viernes Santo de descanso en la paradisíaca Isla Múcura, terminó convertido en una jornada de angustia, humo y cenizas. Pasada la 1:00 de la tarde de hoy 18 de abril, un incendio de grandes proporciones devoró al menos 15 cabañas turísticas en esta isla del Archipiélago de San Bernardo, en la zona insular del departamento de Bolívar.
Según versiones preliminares, todo comenzó con un descuido. Las llamas, avivadas por los fuertes vientos, se extendieron rápidamente por las estructuras construidas con palma y madera, materiales altamente inflamables. Aunque no se reportaron heridos, las pérdidas materiales son millonarias y aún se investigan las causas exactas del siniestro.
Pero más allá del golpe a la infraestructura turística, el incendio ha dejado una marca profunda en la comunidad local, que depende directamente de este sector para su sustento. Decenas de nativos —habitantes de las dos únicas hectáreas del territorio que no han sido privatizadas— corrieron con baldes, palas y toallas mojadas para frenar el avance de las llamas, logrando evitar una tragedia aún mayor.
“Nos tocó apagarlo con lo que teníamos a mano. No hay estación de bomberos, no hay equipos, no hay ayuda. Solo nosotros y el mar”, relató un residente.
Este hecho ha encendido nuevamente las alarmas sobre la frágil infraestructura y el abandono estatal en una de las zonas turísticas más visitadas del Caribe colombiano. La creciente presión del turismo sobre las comunidades isleñas, sin una estrategia de desarrollo sostenible ni sistemas adecuados de prevención de emergencias, sigue generando tensión entre nativos y empresarios.
Para los lugareños, el incendio no solo consumió cabañas: arrasó con empleos, medios de vida y una parte del equilibrio que venían tratando de preservar en medio del avance de los megaproyectos turísticos.
Lugareños informaron a Cartagena En Línea que la Armada llegó a las dos de la tarde a atender la situación, pero ya no había nada que hacer.