A las 6:43 a.m., el rugido del río fue interrumpido por el lento y majestuoso arribo del ARC Golfo de Urabá. La bandera de Colombia ondeaba en lo alto del buque, mientras en tierra firme, decenas de niños agitaban pañuelos blancos y palmas, entre bailes de tambora, abrazos espontáneos y miradas incrédulas. Así fue recibido el operativo fluvial del programa Justo Bolívar, una alianza entre la Gobernación de Bolívar, la Armada Nacional, Cardique y más de 40 entidades públicas y privadas, que está llevando justicia, salud, atención institucional y esperanza a las zonas rurales más apartadas del departamento.
Después de cinco días de navegación, el buque atracó en sus dos primeros puertos: San Cristóbal y el corregimiento de Robles, en el municipio de El Guamo. Lo que traía no eran solo toneladas de ayuda humanitaria, medicinas, consultorios jurídicos móviles ni brigadas de salud; lo que traía era un mensaje claro del gobernador Yamil Arana: el Bolívar Mejor también es para los pueblos que durante décadas han vivido a espaldas del Estado.
“Estamos con el programa de acceso a la justicia Justo Bolívar, con muchas entidades del Estado, pero lo más bonito de todo: con muchos voluntarios, en su mayoría estudiantes, que vienen a servir a los bolivarenses”, dijo Javier Doria, secretario del Interior de Bolívar, mientras descendía por la rampa del buque.
Comandante por un día
En medio de la jornada, entre médicos, abogados y funcionarios, un niño de seis años logró cumplir un sueño que muchos en su comunidad ni siquiera se atreven a imaginar: subir a un buque de guerra. Luis, con gorra de comandante y sonrisa de héroe, fue declarado Comandante por un día por la Armada Nacional. “No se querían bajar del buque, pero tuvimos que venirnos para las citas médicas”, contó entre risas Ana Rodríguez, madre de uno de los niños beneficiados.
Y es que Justo Bolívar no es solo una estrategia administrativa. Es una puesta en escena de un modelo de gobierno que se desplaza con el pueblo, a su ritmo, a su orilla, y les habla con respeto, en su idioma, con sus urgencias.
Un Estado que escucha y actúa
Durante las dos jornadas en San Cristóbal y Robles, más de mil personas recibieron servicios integrales. Entre ellos, una familia en condición de discapacidad extrema fue atendida gracias a la activación inmediata de rutas por parte de la Dirección de Derechos Humanos.
Por primera vez, la Fiscalía General de la Nación se sumó al recorrido, recibiendo directamente denuncias en zonas donde antes solo llegaba el rumor de la justicia. Consultorios jurídicos móviles, orientación para resolver conflictos de tierras, conciliaciones comunitarias, servicios notariales y atención por parte de la Defensoría del Pueblo formaron parte del componente de justicia que da nombre al programa.
En salud, los servicios incluyeron medicina general, pediatría, odontología, vacunación y entrega de medicamentos, gracias al respaldo de Digest Salud IPS, Innovid y Laboratorio AstraZeneca.
Cuando cae la noche: cine, juegos y educación ambiental
Al anochecer, el operativo no se detiene. En las orillas del río, entre luciérnagas y el rumor del agua, la magia continúa con actividades lúdico-pedagógicas para niñas y niños, lideradas por el aula ambiental itinerante de Cardique, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique.
Allí se habla de reciclaje, conservación y amor por los ecosistemas, mientras se proyecta el documental Los Viajes del Río, que narra historias de otros pueblos, otros sueños y otros cauces de esperanza.
El viaje continúa
Una vez se apagan las luces del proyector, la tripulación retoma su rumbo. Próxima parada: Zambrano, este martes 1° de julio.
El operativo fluvial continuará por Córdoba (Tacamocho), Talaigua Nuevo y Pinillos, con el firme propósito de hacer visible lo invisible, y de demostrar que el desarrollo también tiene derecho a navegar.
Justo Bolívar no es solo un programa. Es una declaración de principios: el gobierno de Bolívar no espera a que el pueblo llegue al despacho. El gobierno es el que llega, por tierra, por aire o por río, hasta el último rincón donde haya un bolivarense con una necesidad.