El acordeón colombiano llora la partida de uno de sus más grandes intérpretes. Egidio Cuadrado, un maestro de la música vallenata, falleció en la madrugada de este lunes, dejando un legado imborrable en la historia de la música colombiana. La Clínica Universitaria Colombia, en Bogotá, confirmó su deceso, marcando el fin de una era en la que el acordeón de Egidio hizo vibrar los corazones de millones.
Cuadrado, oriundo de Villanueva, La Guajira, fue mucho más que un simple acordeonero. Desde joven, su destreza con este instrumento lo convirtió en un referente del vallenato tradicional, pero fue a partir de su alianza con Carlos Vives, en la famosa serie Escalona, cuando su nombre y su talento cruzaron fronteras. Con su acordeón, Egidio no solo dio vida a la música que acompañaba la historia del legendario compositor vallenato Rafael Escalona, sino que hizo que el mundo entero descubriera la riqueza melódica de este género.
La explosión de popularidad que vivió el vallenato en los años 90 tuvo en Egidio Cuadrado uno de sus protagonistas. Junto a Carlos Vives, fue el encargado de fusionar lo autóctono con lo moderno, dándole al vallenato un toque universal sin perder su esencia. Álbumes como Clásicos de la Provincia se convirtieron en el puente entre lo tradicional y lo contemporáneo, y en cada acorde, la mano de Cuadrado elevaba el alma del género, mostrando la autenticidad de su tierra.
Hoy, con su partida, se va un gigante de la música vallenata. Egidio Cuadrado no solo tocaba el acordeón, lo vivía, lo sentía, y con cada interpretación transportaba a su público a los paisajes de su Guajira natal. En cada tarima donde lo acompañó Vives, Egidio fue una pieza central, el alma del sonido que enalteció el orgullo colombiano.
Carlos Vives, con quien Cuadrado compartió años de escenarios y éxitos, expresó su pesar con un breve y emotivo mensaje en la red social X (anteriormente Twitter): “Murió la Provincia”. Con esas pocas palabras, Vives resumió lo que millones de colombianos sienten: la partida de Cuadrado es el adiós a una parte esencial de la historia del vallenato.
Se va uno de los grandes, pero su música queda. Las notas de su acordeón resonarán siempre, y su legado vivirá en cada canción que hizo vibrar con su toque mágico. Egidio Cuadrado se despide de este mundo, pero su nombre ya está escrito en la historia, como el maestro que llevó el vallenato al corazón de todos.