El 11 de noviembre, una fecha que debería resonar con conmemoraciones y celebraciones por la Independencia de Colombia en 1811, se vistió de luto en los barrios de Cartagena. Tres oscuros episodios criminales marcaron la jornada, cobrándose la vida de tres almas en El Rubí, Villa Estrella y el corregimiento de La Boquilla.
La primera víctima, Luis David Martínez Velazco, empleado de un local en El Rubí, fue atacado cruelmente en las primeras luces del día. Un individuo armado le infligió heridas de gravedad, y a pesar de ser trasladado rápidamente a la Clínica Mega Urgencias de Blas de Lezo, sucumbió ante la gravedad de sus lesiones.
En Villa Estrella, el sol del mediodía no pudo disipar la oscuridad de un segundo acto violento. Un hombre que se desplazaba en moto fue víctima de un ataque armado que le arrebató la vida.
El tercer capítulo sombrío se escribió en Mar Linda, La Boquilla. Kenderson Enrique Vega Delgado, de 24 años y origen venezolano, encontró su final en medio del lodo. Una acalorada discusión con un acompañante culminó en un trágico desenlace: tiros que resonaron en la quietud del lugar, dejando su cuerpo abandonado en el fango.
La Policía Nacional emprendió una incansable investigación, desentrañando los motivos detrás de estos actos violentos, buscando justicia para las vidas perdidas.
Así, la jornada que debería haber sido de celebración se convirtió en un trágico capítulo en la historia de Cartagena. Las calles que deberían vestirse con alegría se sumieron en el lamento y la incertidumbre. Las familias afectadas por esta ola de violencia se enfrentan al dolor y la pérdida, mientras la comunidad clama por la paz que parece esquiva.
En este oscuro día, Cartagena se une en luto, pero también en la esperanza de un mañana más seguro y pacífico. “Que estas tragedias sirvan como llamado a la colaboración, la denuncia y la construcción de un futuro donde las calles de esta ciudad brillen con la luz de la unidad y la tranquilidad”, dijo un lector de Cartagena En Línea.