Jesús David, un joven de 23 años que trabaja como mototaxista en Flor del Campo y Bicentenario, no dudó en llevar a una vecina que necesitaba trasladarse a un sitio cercano. Después, al percatarse que estaba fallo de gasolina, llegó a una bomba cercana y tanqueó la motocicleta. Al tomar la vía para regresar al barrio, tres hombres en dos motocicletas aparecieron de la nada y les quitaron la moto y sus pertenencias.
“La verdad veníamos bien, tranquilos, como a las 8:20 de la noche de ayer cuando ocurrió el suceso. Uno de los tipos sacó una pistola y me obligó a detenerme. El sujeto, que sólo tenía una gorra puesta y al parecer estaba bajo los efectos de alguna droga, nos amenazaba con el arma, por lo que nos bajamos de la moto. Luego, otro muchacho, nos quitó los celulares, una cadena de plata, y dos anillos de oro que tenía la muchacha, además del dinero que traíamos y se fueron. Después, golpearon a la joven que me acompañaba porque se dieron cuenta que los habíamos reconocido”, cuenta Juan David.
“Llegamos caminando y de una me fui al CAI de Flor del Campo a colocar la denuncia. Asustado le dije a un policía que me acababan de robar la moto Boxer de placas AAX65G, modelo 2023. Le dije al agente que habíamos reconocido a dos de los atracadores, que eran pelaos del mismo barrio. Entonces, nos mostró unas fotografías advirtiendo que había una banda que robaba motos; y, si, eran ellos. Yo me alegré porque el Policía nos llevó hasta la casa de uno de los pelaos y logró, después de convencer a sus familiares, conducirlo hasta el CAI. Tengo que decir que el tipo siempre negó su participación en el hecho, pero sabíamos que era él, aunque tenía otra ropa puesta. A los pocos minutos, un familiar le pasó una llamada al agente y al poco tiempo llegó una mujer en un KIA Picanto negro y ahí subieron al joven que había participado en el robo. Lo dejaron ir sin más ni más y sin darnos una explicación lógica”, dice Juan David.
Antes de eso, indicó que el Policía le confesó que ese grupo de pelaos comete hurtos todos los días en el sector, y que sus familiares los encubren.
El joven manifiesta que esa motocicleta la compró una vecina hace varias una semana para que él trabajara y apoyara a su familia. “Lo más duro es que ahora no se qué hacer y la verdad me da pena con la vecina. Esperamos que la moto aparezca y que no nos ocurra nada a nosotros”, dice Juan David.
“Yo solo le imploro a Dios que me ayude a recuperar esa moto porque la necesito para poder ayudar en la casa. Yo no soy un hombre de problemas, nunca he tenido una anotación judicial, ni problemas con nadie. Agradezco a quien sepa dónde está la moto, nos informe”, dijo el angustiado joven, quien asegura tener confianza en las autoridades.
“Ojalá el comandante de la Policía, que me dicen es un tipo correcto, nos ayude a investigar para encontrar la motocicleta. Necesito ayuda porque hoy la Policía me dijo que debía poner la denuncia en la Fiscalía. Estoy muy asustado”, puntualizó.