En las vibrantes calles de Cartagena, un aura de expectativa y esperanza se ha tejido con la elección del Alcalde Dumek Turbay para el período 2024-2027. La voluntad popular ha colocado en sus manos la oportunidad de moldear el destino de la ciudad y revertir aquello que, quizás, no se ha logrado en los últimos tres años.
En este nuevo capítulo, la ciudad anhela obras de gran envergadura que decoren su hermosa arquitectura y mejoren la calidad de vida de sus habitantes. La mirada puesta en proyectos de infraestructura trascendentales que no solo modernicen la ciudad, sino que también impulsen su crecimiento económico.
La movilidad, columna vertebral de cualquier ciudad de más de 1.000.000 de habitantes, se presenta como una prioridad ineludible. Cartagena sueña con un sistema de transporte eficiente que conecte sus barrios, reduzca los tiempos de desplazamiento y disminuya la congestión vehicular que tanto nos aqueja y que en los últimos 3 años empeoró
El Plan Titan, concebido como una estrategia de disciplina en el sector amurallado da sus primeros frutos con decisiones trascendentales como cierre de establecimientos que presuntamente son un foco de expendio de droga y prostitución. El Alcalde Turbay dice que no está prohibiendo que se ejerza el oficio mas viejo del mundo, solo busca que el Centro amurallado vuelva a brillar y por fin sea, verdaderamente, un patrimonio de la humanidad como lo declaró la UNESCO para que se convierta en un faro que guíe el desarrollo sostenible de la ciudad . La posibilidad de contar con un plan integral de seguridad y que abarque aspectos cruciales como la educación, el deporte y la cultura, marcará un hito en la planificación de Cartagena.
La expectativa se eleva al pensar en iniciativas educativas que fortalezcan el tejido social y abran oportunidades para las nuevas generaciones. Un compromiso claro con la educación, es un paso firme hacia un futuro más próspero y equitativo.
La propuesta de una Secretaría de Turismo resuena como música para los oídos de una ciudad que ve en esta industria no solo un atractivo cultural y histórico, sino también un motor de desarrollo económico.
El Instituto Comunal de Cartagena, otra propuesta audaz, promete fortalecer el tejido social, impulsando la participación de más de 800 hombres y mujeres de las juntas comunales creando espacios para la construcción colectiva de soluciones.
El mandato popular le otorga al Alcalde Dumek Turbay una oportunidad única, un lienzo en blanco sobre el cual plasmar las aspiraciones y sueños de los cartageneros. Es una ventana para subsanar y revertir lo que no se ha logrado en estos últimos tres años.
En estas líneas de expectativa y sueños, Cartagena se prepara para un futuro compartido. Dumek Turbay, investido por la confianza de su pueblo, tiene en sus manos la responsabilidad de tejer un legado de progreso, inclusión y bienestar para esta joya caribeña. Que cada obra, cada política y cada decisión reflejen el compromiso con el renacer de una ciudad que sueña en grande