El estadio Jaime Morón, repleto hasta el tope de sus tribunas, se erigió hoy como el epicentro de una conmovedora reconciliación entre Cartagena y el fútbol profesional.
El respaldo decidido del alcalde Dumek Turbay y del gobernador Yamil Arana, sumado al refuerzo del equipo con figuras como el experimentado Teófilo Gutiérrez, el Chino Sandoval y Cristian Marrugo, ha insuflado nueva vida al conjunto local.
Más allá de los resultados deportivos, con el triunfo 2 por 0!- Boca Juniors de Cali, lo acontecido este domingo representó un renacer de la empatía entre una audiencia ansiosa y un equipo sediento de triunfos. Este evento trascendió las meras victorias en el terreno de juego, para convertirse en un símbolo del poder del deporte como aglutinador social.
Desde familias enteras hasta vecinos que nunca antes habían mostrado interés por el fútbol, todos se unieron en un coro de apoyo al equipo, vistiendo los colores auriverdes y colmando las gradas con un entusiasmo contagioso. Este resurgir deportivo no solo augura beneficios económicos y sociales, como la generación de empleo y el impulso al turismo, sino que también promete fortalecer la identidad colectiva de los cartageneros.
Las barras bravas, fieles guardianes del equipo en los momentos más difíciles, celebraron con júbilo el lleno récord en el estadio Jaime Morón, renovando sus esperanzas de ver al Real Cartagena brillar en la primera división.
De igual forma, el periodismo deportivo, testigo y narrador de esta epopeya deportiva, se une al coro de celebración, reconociendo el papel fundamental que desempeña en la difusión de emociones y en el fortalecimiento de la comunidad. Samir Torres Funez, periodista, fanático y amante del Real Cartagena, argumenta que la reconciliación de la ciudad con el fútbol profesional es positiva porque “hace años venimos clamando para tener un equipo que pueda competir y luchar por el ascenso. La comunión entre las fuerzas vivas, la gobernación, la alcaldía, el IDER, la hinchada, el periodismo, jugadores y técnicos, ayudan mejorar notablemente la asistencia al estadio Jaime Morón León; mueven el turismo ,el transporte y la economía informal. Si a Real le va bien, muchos actores de fútbol y de la ciudad se verán beneficiados”.
Adí mismo, Emel Puerta, líder de la barra “Aguante 99” de la tribuna norte, aseguró que “nuevamente en la ciudad se vive un ambiente festivo; Cartagena sueña con su equipo en la primera A. Después de 10 años en los barrios, esquinas, parques de vuelve a hablar de Real Cartagena, de sus jugadores de categoría, y de un excelente cuerpo técnico. Nuevamente la esperanza de los hinchas de la Heroica y su equipo se reconcilian y sueñan con el buen fútbol”.
Pir su parte, el alcalde Dumek Turbay, visiblemente emocionado, resaltó el potencial transformador del deporte para restaurar y revitalizar la ciudad. De la misma manera, el gobernador Yamil Arana, resaltó la unión que genera el Real Cartagena y dijo que el equipo servirá para estimular a los jóvenes talentos que hay en Bollívar. Mientras tanto, Renato Damiani, presidente del Real Cartagena, compartió su entusiasmo por el apoyo inquebrantable de la afición y la determinación del equipo para alcanzar el anhelado ascenso, subrayando la importancia de la unidad entre gobierno, ciudad, jugadores y técnicos en esta travesía hacia la gloria futbolística.
“Nos sentimos altamente complacidos por la nueva realidad que se comienza a evidenciar en la ciudad en torno al deporte y particularmente con el futbol profesional; estamos frente a un desafío no solamente deportivo, sino también de carácter económico y social, porque con el sueño del ascenso del Real Cartagena, vendrán grandes oportunidades para la generación de más recursos en el turismo y en varios sectores productivos, se crearán más empleos, se proyectará la ciudad como destino turístico-deportivo, pero ante todo habrá un nuevo factor de identidad que unirá más a los cartageneros para seguir avanzando en materia de desarrollo y bienestar, de la mano del deporte”, dijo Campo Elías Therán Humanez, director general del ider.
Este capítulo no solo marca el inicio de una nueva era para el fútbol cartagenero, sino que también representa el renacimiento de una ciudad que, unida por la pasión deportiva, se alza con renovado vigor hacia un futuro lleno de éxitos y triunfos compartidos.